DE APLICARLA EN NUESTRA VIDA
En
cualquier parte del mundo que estemos, sea Lima, Londres, París, etc., todos
trabajamos bajo el mismo poder de la atracción: todo lo que a tu vida llega es
porque tú lo has atraído a través de las imágenes que tienes en tu mente y a
través de tus pensamientos.
Prentice
Mulfort, nos dice: “Cada uno de tus pensamientos es un objeto real, una fuerza,
así que debemos de tener mucho cuidado con lo que pensamos”. Si tienes
pensamientos negativos como odio, rencor, cólera, atraerás más pensamientos
negativos y te cargarás de ellos hasta hacerte el mayor daño posible.
El
doctor Bob Proctor, en una audaz propuesta de pensamiento nos dice: “Si lo ves
en la mente lo tendrás en la mano”; ello porque los pensamientos se
materializan en objetos.
Para
Joe Vitale, “nuestros pensamientos envían una señal magnética que atraen hacia
ti una señal paralela. El pensamiento o actitud mental que predomina es como un
imán que atrae la señal semejante”.
Asimismo,
para Bob Doyle, “a la ley de atracción no le importa si tu percibes algo
bueno o malo; si lo quieres o no lo
quieres. Sólo responde a tus pensamientos, de modo que si estás contemplando tu
montaña de deudas y si te sientes mal
por ello, esa es la señal que estás emitiendo al universo: ‘me siento
fatal por todas las deudas que tengo’. Lo estás afirmando a ti mismo, lo
sientes en todos los planes de tu existencia. Por lo tanto, obtendrás más de lo
mismo.”
Michael
Bernard Beckwith, señala: “Cada vez que alguien tiene un pensamiento o piensa
prolongadamente de una manera, se está produciendo un proceso de creación en su
mente y algo se manifestará de esos pensamientos”.
Por
ello, la importancia que debe tener en nosotros cuidar que nuestra mente sólo
genere pensamientos positivos. Estos son mucho más poderosos que nuestros
pensamientos negativos. Tenemos que elegir los pensamientos positivos
cuidadosamente, de tal manera que tu vida se convierta en una obra maestra y tú
seas el principal ejecutor de esa obra.
Uno
ejercicio básico para conseguir una mente positiva es la meditación. A través
de ella silencias tu mente, ayudándote a controlar tus pensamientos y
revitalizando tu cuerpo. Este ejercicio lo debes practicar por lo menos diez
minutos cada día.
Es
a través de nuestros sentimientos que podemos expresar lo que pensamos. Observa
tus sentimientos ante los diferentes eventos de tu vida. Por ejemplo, observa
qué pasa en tu interior si, de pronto, el carro en el que vas, pasa por un
bache o si te han dado malas noticias, y vas a sentir una sensación en el
estómago o en el plexo solar instantáneamente.
Tus
sentimientos son una señal inmediata para saber en qué estás pensando. Según el
manejo de tus buenas emociones y sentimientos percibes, cuando te sientes bien,
el entusiasmo, la felicidad, la gratitud, el amor. ¡Imagínate si pudieras
sentir esto todos los días. Los especialistas en la conducta humana, nos señalan
que si te sientes bien, estas creando un futuro que seguirá las sendas de tus
deseos; si te sientes mal estás creando un futuro que se desviará de la senda
de tus deseos. Cuando te sientes mal, el universo se está comunicando contigo y
te está diciendo ¡atención, cambia tu manera de pensar, elige pensamientos
positivos!, y llegaran buenos sentimientos y buenas emociones.
El
doctor Charles Haanel explica: “No hay mejor poder en el universo que el poder
del amor. El sentimiento del amor es la frecuencia más elevada que puedes
emitir. Si pudieras amar a todas las personas y cosas de la misma manera, tu
vida se transformaría”.
Es
importante señalar que, dentro del conocimiento humano, se ha logrado
establecer la Ley
de Atracción como un factor importante en el desarrollo del ser humano. De tal
manera que, en la práctica, esta búsqueda científica se va reencontrando con el
conocimiento del mundo espiritual enunciado en la Biblia.
Dentro
de ella se encuentran principios que van siendo reafirmados a medida que la
ciencia humana los va encontrando. Es por ello importante mantener una mente
positiva y, sobre todo, tener la fe necesaria para conseguir un desarrollo
personal que nos permita vivir en armonía con nosotros mismos, con nuestro
ambiente y con los demás seres.