martes, 14 de febrero de 2017

LA EMPATIA


LA EMPATÍA
 HABILIDAD SOCIAL VITAL PARA TRIUNFAR EN LA VIDA

La empatía es una habilidad social importante para el ser humano. Deriva de la inteligencia emocional. Puede ser entendía como la capacidad de una persona para comprender a las otras personas en sus emociones positivas o negativas; es decir,  “ponerse en los zapatos del otro”.
La vinculación entre la empatía y la preocupación es evidente y estrecha pues sentir el dolor del otro en carne propia, lleva a preocuparse por la otra persona y a sentir lo mismo.
La empatía, pues, se constituye sobre la conciencia de uno mismo. Cuanto más abiertos estemos a nuestras propias emociones lograremos dominarlas y seremos más hábiles para interpretar los sentimientos de los demás. El no poder percibir los sentimientos del otro, es un déficit de la inteligencia emocional.
Dentro de la célula familiar, un padre de familia comprensivo sabe lo que sienten su mujer y sus hijos; está pendiente de sus sentimientos y de sus necesidades; y les da lo mejor que tiene, fomentando el diálogo y la comprensión. Y, cuanto mayor conocimiento de sus emociones tiene el padre, mejor sabrá darle a su familia lo que le gusta, lo que le agrada y lo que le conviene.
A este respecto, Daniel Goleman ha hecho una observación importante: “Las emociones de la gente rara vez se expresan en palabras. Es más frecuente, a través de otras señales como el tono de voz, los ademanes, las expresiones del rostro, etc.”. Por ejemplo, si una persona le dice a otra que está alegre y contenta, pero la expresión de su rostro no denota ello, podríamos conocer, por las expresiones de su rostro, su verdadera emoción.
El hombre no puede ocultar sus reales emociones y sentimientos. Hay otros factores que permiten sacar a luz la verdad. Paul Mc Cartney, por ejemplo, en una aparición pública, mostraba un rostro de tristeza y pesar. Ello hacía inocultable su drama interior: las consecuencias del divorcio de su esposa. La separación de ella lo había afectado emocionalmente.
Las personas que poseen la habilidad y sensibilidad para captar y percibir las emociones de otros, a través de gestos, ademanes, tono de voz, tienen la particularidad de poseer un trato especial con los demás. Son capaces de decirles las cosas que realmente les convienen y, por lo tanto, encuentran mayor sintonía para su mensaje.
Los estudios psicológicos, por su parte, indican que la empatía puede rastrearse desde la infancia. Así, los bebés reaccionan ante la perturbación de quienes lo rodean, como si esa perturbación fuera algo propio, pues los bebés lloran cuando ven las lagrimas de otros niños y recién cuando tienen un año logran percibir que la tristeza no es de ellos sino de las otras personas.
Podemos apreciar, además, que la naturaleza humana nos muestra que el hombre es un ser social. No es feliz, por lo tanto, él solo, sino que encuentra la felicidad junto con los demás y es allí cuando se realiza.
Para los griegos, la palabra “empatheia” significa ‘sentir adentro’, ‘sentir en profundidad’. Se refiere, pues, a la posibilidad de entender las emociones que pasan por la cabeza del otro.
La vivencia de la empatía en la infancia es sumamente importante. Sobre esto el doctor Stern ha dicho que de todos los momentos más críticos en la vida de un niño, los más importantes son aquellos en los que hace empatía con la madre. Esto hace que perciba que sus mensajes son recibidos, aceptados y correspondidos. Este proceso se llama “sintonía”.
La sintonía afectiva entre la madre y el niño es importante para la vida del hombre. Esta empatía permite que las personas sean más seguras de sí mismas y más equilibradas. Son muchos los casos en que los padres que no tienen empatía con sus hijos, sobre todo en la niñez, hacen que sus niños comiencen a no expresar sus emociones y, más aun, que anulen diversas emociones del repertorio de sus relaciones íntimas.
Una niñez traumática en el lado emocional es perjudicial para el futuro del ser humano. Estudios criminalísticos recientes han demostrado que los delincuentes que cometieron los crímenes más crueles y violentos provenían de un hogar adoptivo o de orfanatos.
Así, pues, podemos apreciar lo vital que es la infancia en el hombre; el cariño, el afecto, la comprensión, el diálogo. Uno de los aspectos que debe erradicarse con los programas de ayuda al ser humano es la negligencia emocional.
De esta manera, la sociedad se previene y protege de futuros crímenes violentos y de desordenes sociales. El doctor Stern confirma esta tendencia al anunciar que “las relaciones reparadoras a lo largo de la vida, amigos, parientes o psicoterapia, remodelan constantemente el modelo operativo de las relaciones”. De esta manera, el desequilibrio generado en algún momento de nuestras vidas, en la niñez por ejemplo, puede corregirse más adelante, puesto que la vida es un proceso continuo de aprendizaje.
Es necesario, en consecuencia, indicar que todos estos aspectos científicos también se encuentran mencionados en la Biblia. “Ama al prójimo como a ti mismo”, por ejemplo, nos indica que debemos comprender a los demás como queremos que nos comprendan. De esta manera, podemos madurar espiritualmente y podemos vivir con los frutos del espíritu, como nos indica San Pablo.

La empatía en el ser humano es sumamente importante. De no tenerla, el ser humano no se realizaría plenamente y viviría generando cada vez más conflictos sociales.