martes, 14 de febrero de 2017

EL STRESS



EL ESTRÉS
 LA ENFERMEDAD DEL SIGLO XXI

El estrés, es denominado la enfermedad del siglo XXI. El hombre se siente avasallado por la velocidad del avance tecnológico y de la ola del conocimiento. Aunado a esto, se presentan cuadros climáticos alarmantes, desequilibrios ecológicos y problemas para la subsistencia de la familia.
Ante todo este cuadro, aparecen en el hombre sentimientos de ansiedad, nerviosismo, preocupación por tener que asumir la responsabilidad de conducir su vida en un contexto social adverso. Toda esta situación hace que el hombre genere estrés en su mente.
La ciencia ha demostrado que existe una relación entre el estrés y las varias enfermedades. Por ejemplo, el doctor Bruce Mc Ewen, de la Universidad de Yale, en sus estudios sostiene que el stress produce “la alteración de la función inmunológica hasta el punto de acelerar la metástasis del cáncer; y el aumento de la vulnerabilidad a infecciones virales como la gripe, la ulceración del aparato gastrointestinal, un desgarramiento del sistema nervioso y del sistema cardiovascular, etc.” Es a consecuencia del elevado costo de la salud, como consecuencia del estrés, que últimamente están proliferando técnicas de relajación que disminuyen la aparición del estrés.
Pero tenemos que observar con claridad, que el estrés es producido por un pensamiento negativo. Por lo tanto, son nuestros pensamientos los que nos producen el estrés y no son los problemas, pues existen personas que pese a tener un sin  fin de problemas permanecen tranquilos, serenos y poseen una visión diferente del mundo.
Por lo general, las personas que sufren estrés tienen su mente llena de pensamientos como “el éxito se mide por el dinero y por lo que acumulas”. Pero como dice la palabra de Dios, el enfrentamiento de las dificultades requiere del encuentro con Dios: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. (Mateo, 11, 28-30).
Por ello, como solución al estrés, nerviosismo, ansiedad, la preocupación ante los problemas de la vida, planteamos el crecimiento espiritual progresivo, que empieza por tener pensamientos positivos y empezar con la lectura de la Biblia cada día. De esta manera, empezaremos a liberarnos de este flagelo.
No te sientas bien porque el mundo vaya bien, sino que tu mundo debe ir bien porque tú te sientes bien, que es lo que realmente importa.
En una persona positiva, con pensamientos positivos, no se conoce el estrés porque no existe el pensamiento que convoque a la duda frente a lo que queremos ser. Por otro lado, la persona que lleva una vida digna, con valores y principios cristianos, es más segura de sí misma y posee fortaleza espiritual; tiene fe en sí mismo y en Dios; y, ante las inevitables adversidades y problemas de la vida, tiene su fe, en Dios: “Un escudo y armadura que lo protege”.

En la actual coyuntura mundial, donde los valores han sido trastocados y dejados de lado, hay pérdida de fe y mucha corrupción. Una persona que se dice un buen cristiano y desea evitar caer en estrés, debe leer y practicar lo que nos dice  el Nuevo Testamento, en Efesios, capítulo 6, versículos del 11 al 18, (Armadura de Dios). Y así obtendrá la protección de nuestro Creador.